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Segunda parte. DIVAS, DIVINAS O PRIMA DONNA, UN COMENTARIO A PROPÓSITO DEL MAL USO DEL TÉRMINO. Por el Dr. Alberto Roteta Dorado.

 (Foto debajo)- Celia Cruz (1925-2003) difundió la música popular cubana por América y España, llenando, con su estilo y gracia, plazas y teatros durante varias décadas.


Dr. Alberto Roteta Dorado .- ¿Divas cubanas? La sobredimensión del fenómeno artístico en una nación que, ciertamente, ha dado mucho en ámbito de la música, pero, aun así, no es el centro del mundo.
Evitemos hacer el ridículo, y sobre todas las cosas, dejemos de pensar que somos el centro del mundo – me refiero a la costumbre de muchos cubanos de sentirse el centro del universo –. Ni la salsera cubana es una diva, por mucho que se le quiera y sea conocida en algunos lugares de América y España, y mucho menos la cantante Omara Portuondo, la novia del filin – en esto de poner calificativos rimbombantes hay que darles un premio–, es la diva del Buena Vista Social Club. Recordemos que esta intérprete se mantuvo durante la mayor parte de su carrera en solitario como una más. Luego llegó el boom de retomar a un grupo de músicos de avanzada edad y lanzarlos al mundo para comercializar la música tradicional de Cuba. Fue en esta aventura discográfica y de presentaciones en diversos escenarios, donde se incluyó a la Portuondo y para vender el producto, “como Dios manda”, de un día para otro apareció como la diva del Buena Vista Social Club.
Tampoco lo fue "la única", Rita Montaner, una artista a la que la propaganda mediática del arte se encargó de sobredimensionar, mucho más allá de sus posibilidades vocales, que de excepcionales no tenían nada, lo que, como ya he insistido es requisito indispensable a la hora de hacer mención de una diva. La Montaner, más allá de un grupo de canciones líricas cubanas de autores como Roig, Grenet, Lecuona, Prats, Delfín, entre otros, amén de haber incursionado de manera transitoria en la escena cubana como intérprete de zarzuelas cubanas, no se conoce que incursionara en la ópera, de ahí que, no se le puede incluir como diva y mucho menos si nos remontamos a la idea de las cualidades excepcionales. Los pocos conocedores del tema podrán señalarme que la “única” protagonizó La Medium, del compositor Jean Carlo Menotti.
(Foto debajo)- Rita Montaner (1900-1958), cantante y pianista, considerada una de las artistas más completas de Cuba. Incursionó en la música de concierto, participó zarzuelas cubanas, protagonizó obras teatrales satíricas y dramáticas, y, ante todo, interpretó la música popular cubana no solo en Cuna, sino en algunos países de América y Europa.

Efectivamente, al final de su carrera lo hizo. Solo que La Medium es una ópera de cámara breve, para ser interpretada en pequeñas salas, como lo hizo la Montaner. Además, inexplicablemente, asumió el rol de Madame Flora, la vidente, personaje concebido por el autor para una contralto, tipo de voz grave y fuertemente dramática, algo que no tenía nada que ver con la escandalosa voz de Rita Montaner a quien clasificaron como soprano. No hay grabaciones de aquella función para saber lo que realmente ocurrió. Como era de esperar la crítica de la época la elogió.
Como es de suponer, tampoco la autoproclamada diva del pueblo, que responde al nombre de Haila María Mompié, es una diva. Tal vez la artista, en su juventud y a modo de broma, decidió hacer su autoproclamación al “divato”; pero, lamentablemente quedó para siempre para que sus detractores la criticaran hasta el cansancio. No lo han sido tampoco las artistas cubanas que hace más de una década participaron en un concierto-homenaje a las Hermanas Diego, en Miami. El título del espectáculo fue: Grandes Divas cantan a las Diego, en él, participaron Farah María, Beatriz Márquez, Annia Linares, Mirtha Medina, entre otras figuras que fueron muy admiradas y populares, algunas de calidad indiscutible, y en el caso de Farah, hasta con grandes distinciones y varios premios internacionales.
Todas fueron cantantes, algunas que trascendieron el ámbito nacional como es el caso de Celia Cruz, y otras que cumplieron su cometido con discreción como es el caso de la Portuondo, quien terminó recitando los textos de las canciones al perder su voz debido a su ancianidad, pero, a pesar de todo, le siguieron llamando diva y programando extensas giras para “vender” el “producto” artístico cubano. Sin poder sostenerse de pie, de desorientó y perdió el conocimiento durante una actuación en el Palau de la Música Catalana de Barcelona.
(Foto debajo)- Rosita Fornés (1923-2020), es una de las pocas artistas cubanas a la que se le puede aplicar el término diva, toda vez se destacó en el canto lírico como una de las mejores intérpretes de operetas vienesas y de zarzuelas españolas, además de ser el centro de grandes espectáculos musicales y teatrales como primera vedette.

Si se pudiera asumir el calificativo de diva, dentro del ámbito musical de Cuba, solo sería aplicable a Rosita Fornés, alguien con voz de soprano lírica en la etapa inicial y media de su carrera artística, con estudios de canto y de actuación, considerada una de las más trascendentes intérpretes de operetas y zarzuelas españolas, sin olvidar que es igualmente aplicable en la acepción moderna de diva, toda vez que fue, además, una gran figura del espectáculo que sobresalió sobremanera por su enorme talento y alcanzó notoriedad más allá de su nación.

Pero insisto, sería preferible no hacer un uso inadecuado y exagerado de una distinción que, en el pasado, aun relativamente reciente, se limitó a las grandes voces del mundo de la ópera. Si supieran quien fue María Callas, y si la escucharan alguna vez, seguramente no llamarían diva a otras artistas que, sin duda, merecen el reconocimiento y la admiración de sus seguidores, pero están muy distantes de que se les pueda incluir dentro de la máxima distinción del canto lírico.

Prima donna, divas y divinas hay pocas en el mundo.


                                          albertorot65@gmail.com

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