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Editorial: La OPS y la OMS deben actuar ya ante lo que pasa en Cuba. Diario de Cuba.

Editorial: La OPS y la OMS deben actuar ya ante lo que pasa en Cuba
Diario de Cuba
8 diciembre de 2025



Todo el país es hoy un gran basurero, tierra fértil para mosquitos, ratas y dirigentes inútiles.

Los datos parciales ofrecidos por las autoridades cubanas acerca de fallecimientos por "arbovirosis" encienden todavía más las alarmas por lo que pueda estar ocurriendo efectivamente en la Isla. De un Gobierno acostumbrado a mentir crisis tras crisis, no puede esperarse ahora transparencia alguna.

Las denuncias ciudadanas reflejan una realidad sanitaria completamente diferente. Muertes inexplicables de niños y adultos mayores, hospitales al límite y servicios funerarios colapsados avisan de que la situación es peor de lo que cuenta la versión oficial.

La concurrencia de dos o más epidemias ha terminado provocando lo que los expertos llaman "sindemia". Y, para empeorar las cosas, el descalabro del sistema sanitario impide una asistencia medianamente efectiva: no hay reactivos para pruebas específicas, pero tampoco voluntad para practicarlas. El resultado es que la mayoría prefiere arriesgarse a pasar la enfermedad en casa, debido a la inutilidad de visitar al médico.

El régimen planta el concepto de arbovirosis en sus informaciones con el fin de desorientar a la opinión pública. En Cuba hay dengue, chikungunya, zika, oropouche, Covid-19, virus del Nilo Occidental e incluso podría haber algo desconocido, pero las autoridades insisten en la desinformación. La población padece falta de asistencia médica y también falta de información veraz sobre lo que ocurre.

Toda Cuba es hoy un gran basurero, tierra fértil para mosquitos, ratas y dirigentes inútiles. Toca ya a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y a la Organización Mundial de la Salud (OMS) abandonar sus históricos idilios con La Habana y pronunciarse al respecto. Los cubanos, desprotegidos por el régimen y por el resto del mundo, están muriendo sin alimentos ni medicinas. Y el peligro de esos virus, llámense como se llamen, acecha ya más allá de las fronteras de la Isla.


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